La apicultura de Asturias mantiene un modelo familiar y todavía es fácil encontrar cortines en muchos de sus pueblos. El cortín es el sistema de explotación apícola más tradicional en la zona astur-galaico-leonesa y que se puede ver en Asturias.
Además, Asturias es una de las regiones que más miel consume en España. La miel es un energizante natural, con propiedades antisépticas y cicatrizantes, perfecto para prevenir y tratar, por ejemplo, resfriados.
El otoño, especialmente entre la segunda quincena de septiembre y la primera de octubre, es la mejor época para buscar cortines, disfrutar del entorno natural y, de paso, comprar miel ecológica. Uno de los mejores lugares donde hacerlo es el mercado de Cangas de Onís, uno de los sitios que ver en Asturias.
Están la sidra, las fabes y… La miel, hasta 1,4 kilos por persona al año, el mayor consumo de España, superior, incluso, al de la producción regional. “Los asturianos consumen más miel de la que producen”, explica explica Casimiro Sixto, presidente de la Asociación en Defensa de las Abejas del Principado de Asturias (A.D.A.P.A.S.). De hecho, en las ferias “la recaudación no depende del turismo de otras Comunidades Autónomas”.
La apicultura en Asturias sigue siendo “un modelo familiar y de ocio, con pocos profesionales y sin superar la media de 15-20 colmenas por apicultor”. Quizá por eso, muchos apicultores mantienen todavía el sistema de cortines, unas construcciones circulares, sin puertas, con los muros cubiertos por lajas salientes de pizarra. El objetivo es proteger las colmenas de los ataques de animales golosones –especialmente el oso- el viento y el fuego. En la zona de Muniellos, al Suroeste del Principado de Asturias, o en la de Boal, donde, por cierto, tienen una interesante Casa de la Apicultura, al Oeste, se pueden encontrar fácilmente. Algunos cortines están en desuso “sobre todo”, puntualiza Sixto, “por la despoblación del medio rural y la dificultad para acceder a ellos de los vehículos necesarios hoy en día.” Y es que se sitúan en rincones que favorezcan la labor de las abejas: cerca de cursos de agua o de la vegetación más adecuada y en zonas soleadas.
Otro problema, de alcance mundial y que no afecta sólo a la apicultura, es el de la desaparición de las abejas, afectadas por factores como el uso de determinados pesticidas. “No se ha entendido la importancia de preservar la biodiversidad ambiental y el desarrollo sostenible”, apunta Casimiro Sixto. “Las autoridades locales, autonómicas y nacionales, en nuestra opinión, están sometidas a la presión de las multinacionales químicas y laboratorios farmaceúticas y los profesionales agrícolas tienen como objetivo vender su producción, como es natural. Si la sociedad demanda productos económicos o baratos, con buena presencia, sin dar valor a la producción ecológica, la producción agrícola así será, y los agricultores así lo harán. Para cambiar o modificar la sensibilidad de la sociedad es necesaria la educación en términos de valores nutricionales y medioambientales, en lugar de primer la importancia de los beneficios económicos”.
