La Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia es una de las muchas curiosidades de la historia del Acueducto de Segovia.
La administración medieval del Sexmo de Segovia sigue vigente y afecta a muchos pueblos bonitos de Segovia.
Hubo un tiempo en el que Segovia tuvo una influencia de varios cientos de kilómetros, hasta más allá del Tajo, en territorios hoy divididos en diferentes provincias, como Chinchón o Navalcarnero, en Madrid. Poderosa y solvente, la ciudad del acueducto administró pinares y dehesas, pastizales, caminos y fuentes y organizó sus territorios en sexmos, una división administrativa medieval, “fundada por hombres libres e iguales, organizando los recursos naturales, para la comunidad”, que todavía está en vigor. Cuando veas un pedazo de acueducto en el escudo o la bandera de un pueblo, no lo dudes, fue o es parte de uno de ellos.
Al entrar en Zarzalejo Pueblo, en la Sierra Oeste de Madrid, muy cerca de El Escorial, verás, a mano izquierda, un pedazo del Acueducto de Segovia. También campea en el escudo del municipio, junto a la zarza de la que procede su nombre y las piedras de granito que moldean su paisaje. ¿Qué tiene que ver este lugar con el monumento romano de Segovia? El vínculo histórico, económico y social, que también afecta, por cierto, a la villa del Monasterio de Felipe II, a pocos kilómetros, proviene de la Edad Media, aunque hay quien piensa que es heredero de una mentalidad comunal previa, de la que se beneficiaron los vacceos y otros pueblos ibéricos sobre cuyas huellas –imborrables a pesar de haberse diluido con el paso de los siglos- se construyó también y por ejemplo, la Vía de la Plata.
La Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia era la “más potente y mejor organizada de Castilla”; podía poner en pie de guerra a 5.000 peones y 400 jinetes, todo un gesto de poderío.
*Vicente de la Fuente, Estudios críticos sobre la Historia y Derechos de AragónEn el siglo XII, Segovia era una ciudad rica y poderosa, capaz de ayudar a los reyes (en ese momento Alfonso VIII, fundador del Monasterio de Las Huelgas, en Burgos, junto a su mujer, Leonor de Plantagenet) a reconquistar territorios, enviando soldados y colonos que amarraran las tierras al pendón cristiano. Y una cosa llevó a la otra: con el caudal acumulado, Segovia, que contaba con una población estable y nutrida (hasta 65.0000 vecinos entre los siglos XII y XV) pudo comprar tierras; hizo una buena campaña de marketing para repoblar lo que se quitaba a los musulmanes y, por si fuera poco, recibió regalos y privilegios de los monarcas castellanos, encantados de su respaldo… Además, la abundancia de ovejas de raza merina (con cuya lana se elaboraban paños muy apreciados en Europa que se comercializaban con la imagen del acueducto) y su situación en el corazón trashumante de la Península Ibérica añadieron leña a la hoguera de su esplendor. ¿El resultado? Que Segovia se convirtió en una de las ciudades más importantes del momento, creadora de un organismo conocido, todavía hoy, como la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia encargado de reunir y gestionar hasta 150 pueblos y villas, con sus terrenos y municipios aledaños hoy incluidos, para que dimensionemos la extensión, en las provincias de Madrid y Toledo.
Junto con el Obispado, la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia es la entidad más antigua de Segovia. Con raíces profundamente marcadas por lo Celta, lo Romano y lo Católico, fue fundada, hace diez siglos, por “hombres libres e iguales, organizando los recursos naturales para la comunidad.
Para ordenar las cosas, y gestionar mejor los derechos de explotación de, por ejemplo, pastos y bosques, se crearon los sexmos, una división administrativa que todavía existe, no sólo en Segovia si no también en el otros ámbitos castellanos (El Asocia de Ávila, la Mancomunidad de los 150 pueblos de la Tierra de Soria, Comunidad de Villa y Tierra de Cuellar, Sepúlveda, Pedraza y Coca, etc…). Zarzalejos pertenece, por ejemplo, al Sexmo de Casarrubios, que desde el siglo XIX tiene su cabecera en El Escorial*, en cuyos callejero y monumentos también se menciona muchísimas veces a Segovia y el Acueducto de Segovia. Porque antes de que Felipe II construyera allí su Monasterio, expropiando terrenos de la propiedad comunal de la Dehesa de La Herrería, y la declarara Villa, El Escorial fue un pueblo, de colonos, para más señas.
La localidad segoviana de El Espinar fue fundada por la Comunidad Ciudad y Tierra de Segovia en 1297. Alfonso VIII le concedió autoridad sobre las “aldeas villas y lugares de Arganda, Vilches, Val Tierra, Campo de Almonacid, Loeches, Valdemoro, Valdetorres, Alquej, Pézola, Querencia, Valmores, La Alameda, El Villar, Ambite, Orusco, Carabaña, Valdilecha, Tielmes y Perales”, hoy repartidas entre Madrid y Toledo.
A pesar de que el poder segoviano fue declinando –el recorte de privilegios iniciado por los Reyes Católicos se acentuó tras su participación en la Revuelta de los Comuneros- la Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia ha llegado hasta nuestros días: más profesionalizada (actualmente cuenta con cuatro empleados, dos a tiempo completo y dos a tiempo parcial) y con algunas ausencias, sí, pero fiel a su espíritu medieval, multiplicado en el plano cultural gracias a su participación en la elaboración de contenidos y publicaciones y la organización de jornadas, exposiciones y cursos sobre su historia y la de las instituciones y acontecimientos relacionados con ella.
En cuanto a su poder económico, el cambio en los roles urbanos, las decisiones políticas y los acontecimientos históricos y económicos han ido reduciéndolo siglo a siglo; incluso la consideración de la Sierra de Guadarrama, de la que ha sido “propietaria histórica”, como Parque Nacional la ha afectado, al menos parcialmente. “Tras los expolios de reyes, clero, nobles, malos gestores y desamortizaciones”, explica su gerente, Luis Asenjo, “ha visto reducido su patrimonio, a pesar de lo cual hablamos de 4.000 hectáreas de monte y 10.000 de pastos”, a los que se puede añadir la Casa de la Tierra, un imponente edificio del S.XVIII, Bien de Interés Cultural, muy cerca del Acueducto de Segovia, por lo que también debería formar parte de tu lista de qué ver en Segovia. En su alhóndiga se encuentra su Archivo Histórico. En cuanto al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrrama, “el único aprovechamiento comunal que gestiona la Comunidad es el de pastos de los Montes de Utilidad Pública 1 y 2, Pinar y Matas de Valsaín. La ganadería extensiva está, afortunadamente, autorizada en el Parque. Sobre otros aprovechamientos, se ven afectados la madera y la caza de dos Montes de Utilidad Pública de propiedad de la Comunidad; ya veremos cómo se resuelve porque lo normal es que se la indemnizase por el lucro cesante de los mismos.”
Los beneficios obtenidos de la explotación de los recursos (madereros, ganaderos, turísticos, micológicos etc) se reparten, por Legislatura Municipal, entre los ayuntamientos que la conforman y sirven también para su autofinanciación.
En la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia “gente de diverso signo político trabaja en común para la correcta gestión de un patrimonio a cuidar, mimar y conservar para futuras generaciones y que permite mantener a la propia institución, es un ejemplo de trabajo en común, rara avis hoy en día.” Luis Asenjo Cabrero, gerente.
Una de las habilidades que hemos ido perdiendo es la de leer adecuadamente lo que los escudos y banderas nos quieren decir. La presencia del Acueducto de Segovia en muchos de ellos responde a esta relación socio-económica entre localidades que crecieron y se respaldaron durante cientos de años, hoy empeñadas en mantener esos lazos históricos más allá de las divisiones territoriales y administrativas. Ahora, cuando viajes por la Comunidad de Madrid; cuando visites la ciudad de Segovia o cuando recorras otros rincones de Castilla y León (y algunos, aunque pocos, de Castilla La Mancha o Extremadura) podrás establecer esos puentes construidos desde la ciudad del acueducto que una vez tuvo el poder suficiente para dirigir los destinos de personas y haciendas.
Además, una vez al año cada cabeza de Sexmo celebra el Día de la Tierra, coincidiendo con el fin de semana de la Trinidad. La Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia también colabora en las festividades de la patrona de Segovia y su Tierra, la Virgen de la Fuencisla.
