Fuentes de los jardines del Palacio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia

La Granja de San Ildefonso, último jardín barroco de Europa

Qué ver y qué hacer en La Granja de San Ildefonso, en Segovia, desde su Parador de Turismo.

Por qué las Fuentes de La Granja de San Ildefonso son el origen de este Real Sitio en Segovia.

Las Fuentes Monumentales de La Granja, en Segovia, funcionan en Semana Santa y durante los festivos de San Fernando, Santiago y San Luis.

Las Fuentes de La Granja de Segovia son uno de los grandes atractivos de sus Jardines, los últimos de estilo Barroco de Europa

Si La Rioja es tierra de agua, La Granja de San Ildefonso, uno de los pueblos bonitos de Segoviale debe todo su patrimonio, natural y cultural, su consideración de refugio real y polo turístico, al líquido elemento, a sus Fuentes Monumentales, un ingenio singular que sigue funcionando con el sistema original.

En el rincón segoviano de La Granja de San Ildefonso, el Hombre ha creado un Mar interior con el que riega, desde hace 300 años, fuentes político-mitológicas y delicados judiones.“El jardín barroco de La Granja de San Ildefonso es el último de Europa”, explica, entusiasmado y gesticulante, Eduardo Juárez Valero, cronista oficial del Real Sitio, desde el Patio Toscano del Parador, antigua residencia de los infantes Gabriel y Antonio, hijos pequeños de Carlos III. “El único que mantiene la traza original; por eso es un tesoro en el mundo”, añade mientras de fondo borbotea una fuentecilla clásica. Ese mapa dieciochesco se puede todavía recorrer, como si fuera una yincana histórica, entre los parterres y las avenidas, de fuente en fuente, con el telón de fondo de la Sierra de Guadarrama, rebosante de cascadas, chorros y saltos espontáneos en esta primavera lluviosa.

Del agua, golf y judiones

Con la mirada adecuada se enfoca la pista de mallo, origen del golf, que tiene aquí su primer campo en España. Y se distingue, tras la figura del Apolo de bronce, el perfil de Felipe V, que llegó aquí de la mano de su ingeniero, René Carlier, quien, como sus sucesores (Fermín,Thuerry o Pitué), domeñó la turbulencia del paisaje a golpe de Ilustración hasta hacer de él parte de la ciudad. “Aquí se encuentran los tres grados de control de la Naturaleza asociados al Hombre: el palacio, el jardín, el parque y, por encima, el bosque”, apunta Juárez Valero. Un soto que llevaba siendo el paraíso cinegético de los reyes de España desde Enrique III de Trastámara, pasión a la que hoy debemos, por cierto, los tan loados judiones granjeños, que fueron introducidos desde América por Isabel de Farnesio, segunda mujer de Felipe V, “para alimentar a las aves, especialmente a los faisanes y pavos que decoraban el jardín y que eran también caza para la Corte”. No fue hasta finales del XIX que ese forraje americano comenzó a ser consumido de manera habitual por el ser humano, que lo elevó a los altares de la gastronomía en el XX, casi al mismo tiempo que a otro símbolo segoviano, el ponche, versión distorsionada por un cocinero de Lhardy, según las leyendas oficiosas, del pastel ruso. “Son los lazos maravillosos”, valora el cronista del Real Sitio, “que nos unen con Madrid”.

“No fue la suerte, no fue el destino; fuimos nosotros, que vencimos” dejó dicho, en boca de Minera, pese a su demencia progresiva, Felipe V.

Araña de cristal y escultura de Carlos III en la Real Fábrica de Cristales de La Granja de San Ildefonso, en Segovia.

Otro puente que salva los picos de la Sierra del Guadarrama es, pese a su, dicen, corta estatura, la figura de Carlos III, otro domador de aguas y urbes. Al estanque artificial primigenio creado por Thierry para alimentar las fuentes de los jardines palaciegos –el Mar de La Granja– el mejor alcalde de Madrid, que le debe el título a esta hazaña, sumó la canalización, pionera en su momento, de las aguas limpias y sucias. Parte del sistema se puede todavía ver donde Paradores ha colocado hoy el ascensor que salva la altura, también muy barroca, del Palacio de los Infantes, tres estilizados edificios de ladrillo visto en los que la pasión científica del XVIII salpica la decoración de habitaciones y zonas comunes. “El uso del agua es uno de los secretos de por qué hay aquí un Real Sitio”, añade Juárez Valero, para quien la presencia de un spa en el Parador es, casi, “lógico”. Si Felipe V levantó aquí el Palacio de su jubilación (que abandonó forzosamente tras la muerte de su primogénito y heredero, Fernando VI) y disfrutaba, como la Farnesio, mientras ponían en marcha las fuentes a su paso, deleitándose en el mensaje triunfalista que sus personajes mitológicos contaban –y cuentan- cabe suponer que hoy serían usuarios habituales de esas instalaciones.

Los espejos más grandes de Europa

La abundancia de acuíferos favoreció también la creación de la Real Fábrica de Vidrio de La Granja, un proyecto con el que los tres primeros Borbones de España soñaron con romper el monopolio que Francia tenía sobre dos de los objetos más codiciados en su época: espejos y arañas de vidrio. Carlos tomó el relevo del intento frustrado de su padre en Nuevo Baztán y favoreció una Real Fábrica que “fue puntera en mucha tecnología”, apunta Blanca García Agulló, su directora gerente actual. “Aquí se consiguieron hacer los espejos artesanales más grandes de toda Europa”, con los que satisficieron el deseo del rey de verse de cuerpo entero.” Hoy, pese a los recortes en educación y cultura, su actividad sigue siendo intensa, tanto a nivel de formación como de divulgación. “Es, probablemente”, amplía Juárez Valero, “el espacio fabril del XVIII más grande y de mayor calidad de Europa, que es decir del mundo”.

Nec sorte, nec fato

Las tuercas de La Granja giran todavía, manualmente, un par de veces al día. La presión alcanzada por el desnivel y el estrechamiento de las cañerías de bronce ruge y fascina y moja hoy como antaño, devolviendo a la vida a aquellas personas, reyes, ingenieros, jardineros, cortesanos; al pueblo llano que trabajó y engrandeció, mano a mano con la Naturaleza, lo que hoy la UNESCO valora como Reserva de la Biosfera. En un día claro, el chorro de la fuente de La Fama se puede ver desde la Puerta del Postigo de Segovia, a 15 kilómetros de distancia. “Nec sorte, nec fato: No fue la suerte, no fue el destino”, dejó dicho, pese a su progresiva demencia, Felipe V en boca de la Minerva de la Fuente de Apolo: “fuimos nosotros, que vencimos”.

Guiños "ilustrados" en la decoración del Parador de La Granja de San Ildefonso, que conserva la estructura original de los edificios que ordenó construir Carlos III.

Turismo en La Granja de San Ildefonso: cómo ir, dónde dormir, restaurantes donde comer

[wp-svg-icons icon=”calendar-2″ wrap=”i”] Cuándo ir a La Granja de San Ildefonso:

En primavera, cuando tanto el paisaje como el Real Sitio aprovechan al máximo el potencial de su principal recurso, el agua.

[wp-svg-icons icon=”airplane” wrap=”i”] Cómo llegar a La Granja de San Ildefonso desde Madrid:

En coche por la A6 y la AP61.

[wp-svg-icons icon=”image-2″ wrap=”i”] Fuentes de la Granja de San Ildefonso:

A día de hoy, las Fuentes de La Granja de Segovia siguen funcionando con el sistema original de aperturas manuales y canalizaciones por las que el agua discurre gracias a un ingenioso juego de presiones y desniveles. Todos los años acuden cientos de personas a ver cómo se ponen en marcha, una a una, por los Jardines de La Granja de Segovia. Si estás interesado en vivir este momento histórico, estos son los horarios de las Fuentes de La Granja de San Ildefonso:

Semana Santa: del 13 al 16 de abril.

El 30 de mayo: con motivo de la festividad de San Fernando, las Fuentes de La Granja de San Ildefonso también se ponen en marcha.

Hay otras dos fiestas patronales en las que también se activa el funcionamiento de Las Granja de San Ildefonso: el 25 de julio, festividad de Santiago, y el 25 de agosto, jornada de San Luis, patrón de La Granja. Este último día, el acceso a las Fuentes de La Granja es gratuito.

[wp-svg-icons icon=”pushpin” wrap=”i”] Consejos si visitas las Fuentes de La Granja de San Ildefonso:

Si quieres disfrutar al máximo de la puesta en marcha de las Fuentes de La Granja de Segovia, debes tener en cuenta una serie de factores sencillos:

  • Llega con un poco de antelación porque hay que recorrer una pequeña distancia entre la entrada de los Jardines de La Granja y la primera fuente que se pone en marcha. Así podrás ver todo el proceso y los primeros chorros.
  • Las entradas para las Fuentes de La Granja de Segovia se venden directamente en la taquilla de entrada y tienen un precio de entre 4 y 2 euros, según la fecha. Hay días en los que la entrada también es gratuita.
  • Las fuentes se van poniendo en marcha de manera sucesiva y nunca todas a la vez. Tendrás que desplazarte de una a otra con los técnicos que abren las llaves correspondientes.
  • Lleva calzado cómodo para realizar ese recorrido, que siempre discurre por los paseos de tierra apisonada de los Jardines de La Granja de San Ildefonso.
  • Ten en cuenta que puedes mojarte, según sople el viento. Las Fuentes de La Granja de San Ildefonso tienen una gran potencia y sus chorros salen a mucha presión.

[wp-svg-icons icon=”home-2″ wrap=”i”] Dónde dormir en La Granja de San Ildefonso:

Si quieres pasar un fin de semana en La Granja, Segovia, no dudes en dormir en el Parador de La Granja de San Ildefonso (4*), uno de los más populares y reconocidos de Paradores de Turismo, muy vinculado también al mundo empresarial y de negocios. En ese sentido, destaca su Centro de Convenciones y Congresos en otro edificio histórico, el Cuartel de la Guardia de Corps.

El Parador de La Granja ofrece 127 habitaciones amplias y cómodas, decoradas con mucho gusto; espacios comunes acogedores y luminosos, llenos de detalles relacionados con la Ilustración. Además, el Parador de La Granja de San Ildefonso ofrece spa

[wp-svg-icons icon=”food” wrap=”i”] Restaurantes en La Granja de San Ildefonso:

Entre los restaurantes de La Granja de San Ildefonso destaca el restaurante Especia, del Parador de La Granja. En su carta vas a encontrar las especialidades de La Granja y de Segovia: desde los judiones de La Granja (los mejores, de la Finca de Navalaloa)a la menestra de verduras o verdura de temporada. También es muy recomendable el arroz negro con pulpitos y el steak tartar, que se puede preparar en la mesa. Si te apetece probar vinos de la zona, pregunta por los Vinos de la Bodegas Herrero.

Otro valor añadido al restaurante del Parador de La Granja es su sumiller, Henar Puente, una de las pocas profesionales aún en activo en Paradores de Turismo: excelente anfitriona y experta en gastronomía y enología, merece la pena dejarse asesorar por ella a la hora de maridar y elegir entre los caldos de la carta.

Otro restaurante de Segovia recomendable es el del Parador de Segovia, a muy poca distancia del centro histórico de la ciudad. Se trata del restaurante Puerta de la Reina, donde también podrás comer especialidades de Segovia: judiones; cochinillo asado en horno de leña. Ponche segoviano.

[wp-svg-icons icon=”book” wrap=”i”]Libros sobre La Granja de San Ildefonso:

Carlos III, un gran rey reformador en Nápoles y España, Giuseppe Caridi (La Esfera de los Libros);

Verrum, Eduardo Juárez Valero (Gas-Ruiz e Hijos S.L.)

Fotografías de La Granja de San Ildefonso de Segovia: fuentes, Parador, gastronomía

Las Fuentes de La Granja de San Ildefonso siguen funcionando a partir de Semana Santa con el mismo sistema original

El Palacio Real de La Granja de San Ildefonso pertenece a Patrimonio Nacional de España

Las Fuentes de La Granja de San Ildefonso fueron creados para deleite de Felipe V que quiso tener aquí el palacio de su retiro

El restaurante del Parador de La Granja de San Ildefonso es uno de los mejores restaurantes de Segovia

Las esculturas, modernas y clásicas, sorprenden en la recepción y en el Patio Toscano del Parador de La Granja de San Ildefonso.
Las esculturas, modernas y clásicas, sorprenden en la recepción y en el Patio Toscano del Parador de La Granja de San Ildefonso.

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