Felipe II no tuvo sueños pequeños. Adalid del Catolicismo y señor de un imperio global, además de vencer a la Gran Bretaña quiso invadir China.
Jesús Maeso de la Torre novela sobre el fascinante encuentro entre el aún brillante imperio español y el ya decadente imperio chino.
La historia de Rodrigo Silva, protagonista de La caja china, último libro de Jesús Maesto de la Torre, es también la de dos imperios “ombliguistas” y la del espionaje industrial del siglo XVI. Pero La caja china también es la historia de una España que pudo haberse consolidado como potencia mundial de primer orden pero lo perdió todo en un par de órdagos y la de una aventura fascinante por el territorio Ming, tan refinado como peligroso.
Argumento y crítica de La caja china de Jesús Maeso de la Torre
La caja china de Jesús Maeso (Ediciones B) es una novela interesante, amena y ambiciosa, repleta de guiños apasionantes a los viajes por mar en el siglo XVI y los contrastes sociales, culturales y tecnológicos entre Oriente y Occidente. Las intrigas cortesanas, la distinta consideración del arte y los artistas, el invento y uso del papel moneda, la cartografía o los mapamundis, la visión del mundo que tenían españoles y chinos, sus ambiciones comerciales y los flujos económicos establecidos al amparo del comercio entre España, América y las Filipinas… Miguitas de pan que se pueden seguir, o no, en otras fuentes, dependiendo del interés de cada lector y que compensan algunas debilidades estilísticas y estructurales de la historia, a veces demasiado repetitiva y con personajes no del todo redondeados.
El trasfondo histórico de La caja china es real: Felipe II sí se planteó seriamente la posibilidad de invadir China y la corte Ming se enfrentaba a serios problemas internos que aquí se atisban con los ojos de Silva, quien también debe descubrir el cálculo de la longitud marítima, imprescindible en la carrera naval europea y manejado por los chinos desde hacía años.
Sus aventuras como enviado secreto de Felipe II sirven para dibujar la vida en las colonias, los contrastes entre dos civilizaciones que se daban la espalda y el choque de egos imperiales que, de haberse puesto a prueba sobre el terreno, probablemente se habría dirimido a favor de los chinos pero al que no se llegó por la derrota de la Grande y Felicísima Armada en 1588, novelada por otro autor de Ediciones B, Martínez Laínez en El náufrago de la Gran Armada.Quizá por esa serie de frustraciones coloniales España ha vivido de espaldas a Asia hasta hace muy poco tiempo. Y eso que estuvo en los primeros puestos de salida.
La figura de Zheng-He, uno de los grandes navegantes de la Historia universal, abre la puerta a esas grandes expediciones desconocidas en Europa, siempre interesada en el papel protagonista. “Mezclaba las ganancias con la exploración, la ciencia y la diplomacia. Son seguridad probada viajó por Sri Lanka, Sumatra, la costa Malabar de la India, Arabia, Omuz, Adén, Somalia y el litoral swahili de África.”
Cada página escrita por Jesús Maeso de La caja china es un despliegue de espías, piratas, colonos muy acostumbrados a la sopa boba, concubinas y embajadores ambiciosos o religiosos enfrentados por la manera de evangelizar (interesante semblanza de la labor camaleónica de los Jesuitas). Una invitación colorista a la reflexión sobre el choque cultural y humano que todavía hoy nos sorprende y el origen de muchos de los problemas que todavía nos lastran y nos impiden aprovechar, como sucedió entonces, la oportunidad de conocernos mejor y construir algo mejor y más grande, enrocado cada interlocutor, sobre todo en aquel momento, en su posición de autarquía y orgullo patriótico. Aunque puede que también la lectura de La caja china sea una de las mejores razones para un viaje a China.
Por cierto, que lo de la caja china tiene sentido, aunque se desdibuja entre tantas curiosidades. De hecho, cabría decir que, junto a Zheng-He, es uno de esos protagonistas silenciosos pero fundamentales de toda la novela.
Qué: La caja china, de Jesús Maeso de la Torre
Quién: Ediciones B.
