La Historia de Armenia está marcada por el Genocidio de 1915, el primero del siglo XX en Europa, cometido en vísperas y durante la Primera Guerra Mundial. En 2015 se conmemora el centenario del primer genocidio europeo, el genocidio armenio. La novela de Gonzalo Hernández Guarch es la mejor sonda literaria para profundizar en las causas de aquel horror cuyas consecuencias internacionales todavía condicionan la política internacional.
A medio camino entre la novela de viajes y la histórica, “El testamento armenio” es una lectura interesante y amena, repleta de detalles.
Aunque el personaje alrededor del cual giran los hechos es de ficción, el relato repasa los acontecimientos reales que, desde finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, marcaron la política otomana en relación con Europa (y viceversa) y con las minorías religiosas y étnicas que en aquel momento vivían dentro de sus fronteras.
Son los años de la Sublime Puerta, de los movimientos colonialistas de las principales potencias continentales, de la industrialización, de la consagración de un ideario alemán (y no sólo) basado en la superioridad de la raza, la militarización y la expansión territorial.
“El testamento armenio” es una lectura imprescindible en este 2015, por el centenario del genocidio armenio pero también por la panorámica global que dibuja de personajes y acontecimientos aún latentes, como la integración de la actual Turquía en la UE.
Aunque sin desdeñar el drama humano o las persecuciones mortales que vivió la comunidad armenia, narradas de manera más concreta en otro libro de referencia sobre este asunto, “El Gendarme”, que se centra en las caravanas de la muerte de 1915 en poblaciones rurales pero también en la propia Constantinopla, actual Estambul, a medio camino, entonces como ahora, entre el barroquismo oriental y la modernidad occidental, Guarch se centra en la política, las intrigas y las motivaciones sociales e intelectuales sobre las que se construyó la necesidad de acabar con los armenios y otras minorías.
“El testamento armenio” aborda también otra cuestión que uno se plantea a medida que profundiza más en este asunto: ¿cómo reaccionó la comunidad armenia?
¿Presentó algún tipo de resistencia? ¿Se organizó de alguna manera?
La división interna fue, una vez más, un talón de Aquiles para defender su causa en Europa y frenar las matanzas en el Imperio Otomano.
“El testamento armenio” se trata, pues, de una novela clave para profundizar en el por qué, el cuándo, el cómo y el quién…
Por acción, en el caso del gobierno otomano, y por omisión en el de los países europeos más poderosos del momento, que hicieron oídos sordos a los mensajes que llegaban sobre el desastre humanitario que se estaba fraguando y que, como todos, hoy también, no sucedió de la noche a la mañana.
Alianzas secretas por intereses de deudas; sobornos para construir infraestructuras; compra de medios de comunicación supuestamente objetivos; flujos migratorios imparables; la gestación del movimiento de los Jóvenes Turcos, la forja de las grandes fortunas que todavía mueven el mundo… Años apasionantes que explican muchos de los sucesos del siglo XX y casi se podría decir que del XXI.
“Heine, Goethe y tantos otros iban a quedar relegados por la nueva cultura creada en las cervecerías, en lo que algunos llamaban demagogia alcohólica.”
Profundamente humano, ambicioso, ágil y elegante, “El testamento armenio” es también un retrato de las sociedades de la época, sorprendidas por los avances técnicos y los nuevos intereses comerciales e ideológicos, de los viajes de las clases altas y del encuentro entre Oriente y Occidente, incluido Estados Unidos.
Una lectura imprescindible en este 2015. Por el centenario del genocidio armenio, piedra angular de esta historia contada en primera persona por un espectador privilegiado, de origen francés, pero también por la panorámica global que dibuja de personajes y acontecimientos aún latentes, como la integración de la actual Turquía en la UE o algunas otras claves, más subterráneas pero no por ellos menos condicionantes, de las distintas naciones europeas.
Qué: El testamento armenio, de G.H. Guarch.
Quién: Editorial Almuzara.
