“La sangre de los libros” de Santiago Posteguillo es un ensayo divertido y original sobre algunos de los autores y creaciones más importantes de la Historia de la Literatura. Como ya pasó con “La noche que Frankestein leyó El Quijote”, Santiago Posteguillo invita a releer algunos de los grandes clásicos de la Literatura.
“No deja de sorprenderme cómo con frecuencia la literatura se adelanta a la realidad de maneras misteriosas.”
Santiago Posteguillo
Hace poco una amiga nos dijo que una charla sobre Historia y novela histórica impartida por Santiago Posteguillo en Mérida se convirtió en uno de los momentos más divertidos que recordaba. No es de extrañar a tenor del gran sentido del humor y la tremenda capacidad para hilar lo antiguo y lo contemporáneo, lo formal y lo heterodoxo, que tiene este profesor de Lengua y Literatura, Doctor europeo por la Universidad de Valencia y un revolucionario de las letras españolas. Aunque quizá sea más conocido por sus títulos de novela histórica, La sangre de los libros y La noche que Frankestein leyó El Quijote son dos títulos recomendables para los amantes de la Literatura.
La sangre de los libros no es roja ni azul, sino negra. Porque así es como han quedado impresas en nuestra memoria las historias de quienes la han derramado o perdido por ellos.
Sinopsis y crítica de La sangre de los libros
Resulta que Emilio Salgari se suicidó siguiendo el ritual japonés del seppuku; que Emily Dickinson padecía agorafobia y que Bram Stoker, que nunca visitó Rumanía, había bautizado Wampyr al Conde Drácula… Y así unas cuantas historias curiosas, divertidas, a veces escalofriantes, sobre la Literatura, los libros y las pasiones, los miedos, las debilidades y las muertes de muchos de los grandes autores de la Literatura universal. Todos ellos fueron personas de carne y hueso antes que símbolos o mitos, y tuvieron las mismas necesidades y las mismas ambiciones, puntos débiles y errores que cualquier otro mortal. A algunos, como a Lope de Vega, les dio tiempo a tantas cosas que casi parece que vivieron mil vidas y no sólo una. Después de” La noche que Frankenstein leyó El Quijote·, Santiago Posteguillo vuelve a regalarnos unos cuantos momentos mágicos, protagonizados por quienes tradicionalmente han sido creadores: los duelos por honor en los que se embarcaban Calderón y Pushkin, el rescate postmortem de la obra de Bécquer, el arma secreta de Vicente Blasco Ibáñez, los versos perdidos de Petrarca, la misteriosa desaparición de Agatha Christie o la muerte irresuelta de Edgar Allan Poe… “La sangre de los libros” es, como dice Posteguillo en la dedicatoria, un libro para “todas las personas que aman los libros.” Que se lee, por cierto, aunque esto es ya más una cuestión subjetiva, con más intensidad que el de Frankenstein. Y lo mejor es que se puede volver a consultar con el mismo afán golosón que la primera vez que se pasan sus páginas.
Qué: La sangre de los libros, de Santiago Posteguillo.
Quién: Planeta
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