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Camino de Santiago, el espinazo de Europa

Curiosidades del Camino de Santiago, principal ruta de peregrinación de Europa desde el siglo IX

El Camino de Santiago es una de las principales rutas de peregrinación de Europa desde el siglo IX y está ligado a la figura de Santiago Apóstol, patrón de España y de América. 

“Quien va a Santiago y no va al Salvador, visita el vasallo y no al señor” dice un dicho popular que pone en valor la importancia de Oviedo en el Camino de Santiago Primitivo, que sigue los pasos del rey Alfonso II el Casto.

Alfonso II, el Casto, fue el primer peregrino que llegó, a matacaballo de un siglo IX de fragmentada desorientación, a Santiago de Compostela. Su viaje abrió la trocha del Camino Primitivo. Aunque hoy el Francés es la vía principal, no siempre ha encauzado las riadas actuales: apenas 50 personas en 1867; 68 en 1970 y 1245 en el 85. Con el tiempo contado, camisetas de fibra en lugar de esclavinas y la Vieira tanto a la ida como a la vuelta, el peregrino del XXI remata la jugada con la misma sensación de cambio que el medieval. El Camino sigue vivo porque, aunque cueste creerlo, su fondo, tu trasfondo, siguen siendo los mismos. ¿O no?

Y de repente una mañana, cuando te desplomas desde la litera de arriba del albergue, te das cuenta de que sólo puedes andar de puntillas. ¿Qué será?, te preguntas, con los ojos legañosos, sumida aún la sala en un silencio denso. Apenas a dos jornadas de Santiago de Compostela, hay más ampolla que pie pero aún así no sientes urgencia por llegar. La vida podría ser esto, reflexionas mientras te calzas. Porque a pesar de las incomodidades –nunca tantas como no hace tanto- de las incertidumbres básicas y del esfuerzo físico y mental diario, puedes confirmar que “jamás se pierde el tiempo cuando se pasa en compañía de uno mismo” con las “ventajas añadidas de ese mudo diálogo si lo estableces mientras caminas o cabalgas, en contacto con las energías de la Naturaleza”. Y del resto de seres humanos que vas encontrando, cabría añadir a las orientaciones que Galcerán de Born, ex hospitalario imaginado por Matilde Asensi, va escribiendo a su descarriado hijo, en Peregrinatio.

“Europa se hizo peregrinando a Santiago”, dijo Goethe.

Después del boom de los siglos XI al XIII, el ovillo de caminos, sendas, pistas, atajos, veredas y cañadas (los de cada uno, claro, pero también los geográficos) que conducen a la capital de Galicia, el Camino de Santiago vivió un caída en picado de la que empezó a recuperarse a partir de 1999. En 2013, 215.880 personas recogieron su Compostela y hasta el pasado mes de agosto lo han hecho, 200.000, 55.000 extranjeras. Otro boom. Más cómodo y menos religioso, en apariencia, el Camino de Santiago sigue igual de intenso. Las etiquetas serán distintas pero puede que los objetivos y los resultados –como la picaresca- no difieran demasiado, a pesar de los siglos transcurridos.

Villafranca del Bierzo es conocida como 'la Pequeña Compostela' de León porque tiene la única Puerta del Perdón que existe en el Camino de Santiago además de la de la capital de Galicia
Villafranca del Bierzo es conocida como ‘la Pequeña Compostela’ de León porque tiene la única Puerta del Perdón que existe en el Camino de Santiago además de la de la capital de Galicia

Ideas de piedras perdidas

Aunque ya no sabemos leer muchas de las ideas fascinantes -misterios sagrados y ritos iniciáticos- que se plantean en capiteles, esculturas y tímpanos que salpican cualquiera de los ramales del Camino de Santiago. “Dentro de muchos siglos, las gentes admirarán estas edificaciones pero no conocerán sus orígenes ni el por qué de su forma” instruye el Caballero de Born a su vástago. No es solo la secularización de la cultura y de las motivaciones; las prisas o el considerarlo una experiencia puramente deportiva tampoco ayudan a esa lectura entre líneas de los puentes y las iglesias, las catedrales y las colegiatas. Y sin embargo parece imposible no terminar el viaje por el Camino de Santiago con una sensación, si no religiosa sí, al menos, espiritual. Sea en la plaza del Obradoiro o encarando el Atlántico, en Finisterre, donde realmente termina el Camino de Santiago, una opción documentada a partir del siglo XV.

Ese misticismo involuntario, hijo, sobre todo, de la superación personal y la introspección, hace que las lágrimas emborronen la entrada por la Puerta del Paraíso. Incluso nubla hechos cotidianos que luego no se saben explicar en detalle, incluidos los dolores. La profundidad sencilla de la vida, de las personas. Quizá ése, sobre todo hoy, sea el milagro, al margen, claro, de la trascendencia político-militar que tuvo el Santo Patrón bajo cuyo paraguas de piedra y estrellas el Viejo Continente cogió aire y se reinventó, reconquistando, repoblando, invirtiendo, intercambiando y mejorando, hacia y desde España: “Europa se hizo peregrinando a Santiago”, dijo Goethe. Por eso sigue siendo su espinazo. Que no hay mejor operación de marketing que una leyenda a tiempo -algo que tampoco ha cambiado tanto en once siglos- incluso para la viticultura, por lo que para algunos expertos el Camino de Santiago es la ruta enoturística más grande que existe.

Be water my friend

Más de mil años de riqueza, ideas, arte, solidaridad y diálogo, fluctuantes e imperfectos, que cada cual se lleva prendidos en la mochila con la que recorre el Camino de Santiago y que siempre dejan ganas de más. Porque el desafío, la nueva perspectiva de ti mismo en relación al mundo y del mundo y de sus prioridades que se alcanza es como un veneno que se mete adentro, idealizado también con el paso del tiempo. El Camino de Santiago, escribe Hape Kerkeling, “te quita toda la fuerza y te la devuelve triplicada”. Y te enseña, o te confirma, que, como plantea el Liber Peregrinationis de Asensi, “nuestra suerte es el difícil acomodo a lo nuevo y el constante alejamiento de lo acostumbrado”. Ésa es, quizá, la  idea que el medieval tenía clara y que nosotros, antes de la zambullida, habíamos olvidado.

Curiosidades del Camino de Santiago

Premios del Camino de Santiago

Primer Itinerario europeo (1987); Patrimonio de la Humanidad (1993); Príncipe de Asturias de la Concordia (2004).

Rutas del Camino de Santiago

El Camino Francés es el más popular (846 km. desde Somport/772 desde Saint-Jean-Pied-de-Port); el de la Costa, desde Irún, se divide en Oviedo en el Primitivo y el del Norte; la Ruta de la plata Plata en España, que llega desde el Sur y el Portugués recorre parte del itinerario de Antonino. Desde Europa llegan las vías Turonense, Lemosina, Podiense y Lemosana.

La Compostela, título del Camino de Santiago

La Compostela acredita haber recorrido el Camino de Santiago por Devotionis affectu, voti vel pietatis causa (100 km. a pie y 200 en bici o a caballo como mínimo). Quienes no tengan motivación religiosa pueden obtener un documento distinto. Ambos, en la Oficina del Peregrino de Santiago.

Vieira, símbolo del del Camino de Santiago

La Vieira era el souvenir gallego con el que se regresaba a casa. Se convirtió en símbolo internacional de las idas cuando quienes habían vuelto de Santiago lo prestaban a futuros peregrinos.

Oviedo en el Camino de Santiago

La capital de Asturias, Oviedo, es fundamental en la Historia del Camino por la Cámara Santa de su Catedral. “Quien va a Santiago/ y no a San Salvador/sirve al criado/ y deja al Señor.” La Catedral es uno de los lugares que ver en Oviedo.

La Vía Láctea en el Camino de Santiago

Considerada la mejor brújula del Camino de Santiago gracias al Códice Calixtino, se ha demostrado que dependiendo de la época del año y de la hora apunta en cualquier dirección.

Año Santo en el Camino de Santiago

Desde 1.122, aquel en el que el 25 de julio, Festividad de Santiago, coincide en domingo. El último, en 2012. El próximo, en 2021. Se abre la Puerta del Perdón Compostelana y se concede el perdón de todos los pecados. Se trata de uno de los acontecimientos que ver en Galicia al menos una vez en la vida.   

‘Otra’ Puerta del Perdón del Camino de Santiago

¿Sabías que En  León hay una pequeña Compostela? Se trata de la Puerta del perdón de la iglesia de Santiago de Villafranca del Bierzo.

Libros sobre el Camino de Santiago

Iacobus y Peregrinatio, de Matilde Asensi (Planeta).

El Códice del peregrino, de José Luis Corral (Planeta).

Bueno, me largo; el Camino de Santiago de Hape Kerkeling (Suma de letras).

El camino de Santiago a pie (El País Aguilar).

Camino de Santiago, guía práctica del peregrino jacobeo, de Juanjo Alonso (Desnivel).

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2 comentarios
  1. Estupendo artículo, me hiciste revivir sensaciones de mi Camino, que triplicó mi fuerza. Como siempre bien interesantes tus ventanas. Saludos!

  2. Hola Sandra,
    Muchas gracias por leerlo y por tu comentario. Si con el reportaje hemos logrado que una peregrina reviva las emociones que se sienten en un viaje así, ¡es que el trabajo ha merecido la pena! Se empiece por lo que se empiece, el Camino de Santiago termina siendo un punto de inflexión en la vida de quienes lo realizan. Y quizá por ese boca-a-boca, también, cada vez son más las personas que se animan a conocerlo en primera persona. Al final, como en todos los viajes, lo que queda es la emoción y siempre es la buena la que, a pesar de los momentos duros, prevalece y de la que se aprende. Un abrazo.

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