Detalle de la portada de Una pasión rusa, de Reyes Monforte, en la editorial Espasa.

Una pasión rusa, la vida de Lina Codina con Serguéi Prokófiev

Reyes Monforte novela la vida de la española Lina Codina, esposa del genio musical ruso Serguéi Prokófiev, en la novela Una pasión rusa (Espasa).

Reyes Monforte novela la vida de la española Lina Codina, esposa del genio musical ruso Serguéi Prokófiev, en la novela Una pasión rusa (Espasa)

Lina Codina y Serguéi Prokófiev forman una de las parejas más apasionantes y apasionadas del siglo XX. Su vida, como artistas y como matrimonio, se desarrolló en las grandes ciudades que marcaron los felices años 30, la Segunda Guerra Mundial y la creación del Telón de acero; desde Nueva York a Moscú pasando, claro, por París, Londres, Madrid, o Milán. Viajeros incansables y melómanos incombustibles, sus personalidades, complementarias y paradójicas, se desarrollaron y quedaron influidas por las de muchos de los grandes amigos que encontraron en este viaje vital: desde Hemingway hasta Picasso, pasando por Coco Chanel, Ravel, Diáguilev y otros grandes artistas rusos.

Portada de Una pasión rusa, de Reyes Monforte, en la editorial Espasa.

Pero la novela de Reyes Monforte, “Una pasión rusa”, no rescata sólo los años de felicidad del matrimonio entre Lina Codina y Serguéi Prokófiev: el principio y el final están marcados por la Revolución Rusa -sobre la que Neil Faulkner escribe desde un punto de vista marxista en 2017-, las purgas estalinistas en la Rusia de los años 40 y 50, la vida en los gulags siberianos, las denuncias vecinales y la debacle que el falso paraíso del régimen comunista produjo entre la intelectualidad rusa, Prokófiev incluido. A la violencia física Una pasión rusa suma la violencia psicológica de la reeducación y de las torturas, el uso vengativo de la información, de la amistad y del cariño a las que, sin embargo, el amor de la familia Prokófiev, sometida a durísimas pruebas, sobrevivió.

Una pasión rusa, de Reyes Monforte, ha recibido el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio 2015.

El argumento de “Una pasión rusa” es, sin duda, interesante y conmovedor, tanto por la historia personal de Lina Codina, una mujer bella y cultivada, y Serguéi Prokófiev, uno de los grandes compositores rusos del siglo XX, como por el contexto socio político que les tocó vivir. Pero el estilo de Reyes Monforte no termina de hacerle justicia: pierde pulso en muchos momentos, quizá por cierta redundancia emocional y estética, abunda en expresiones o ideas que ralentizan el desarrollo de los acontecimientos sin aportar nada nuevo (a nivel estilístico merecen, en ocasiones, un fuerte tirón editorial de orejas) y cae en muchos estereotipos que ya deberían estar superados para una novela histórica madura –por la experiencia de la autora y el auge del género en sí mismo. Vale, por ejemplo, que Lina Codina fue un referente de glamour pero que todas las mujeres que aparecen a su sombra, como la novia de su hijo Sviatoslav, deslumbren también por lo mismo resulta, cuando menos, excesivo. Cabe decir, incluso, que el perfil que se dibuja en la portada de la propia Lina Codina no remata la idea de talento desbordante y carisma que se anuncia, aunque al final su capacidad de superación y de reinvención se confirman absolutamente. Además, podría haber sido interesante que se añadiera alguna fotografía más a la que culmina el relato de Una pasión rusa.

“Una pasión rusa” se lee fácilmente. Es entretenida y original. Sirve para descubrir el mundo de la música clásica y vislumbrar los horrores del comunismo ruso –evocando en varios momentos a quien escribe la durísima trilogía Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn- pero no resulta imprescindible ni tan apasionante como otros títulos que también tienen a mujeres por protagonistas, como Capricho, de Almudena de Arteaga o Ena, de Pilar Eyre.

Qué: Una pasión rusa, de Reyes Monforte

Quién. Espasa.

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