Hay muchas cosas curiosas en Cádiz capital que la convierten en una ciudad única en Andalucía y en España

Cádiz, islas mágicas

Curiosidades de la historia, la geografía, las tradiciones y los edificios de Cádiz.

Envuelta en su papel de agua, Cádiz espera, como el regalo que fue de y para Fernando Quiñones, que alguien la abra y oree su risa flamenca y su cuerpo ondulado, de ola y callejón encalado, cada uno con su secreto, una cerveza de Maier o un anillo artesanal de Antonio Collantes. Ciudad y provincia, tres islas y tierra firme, miran a los ojos y sueltan su requiebro que es, a la vez, su mayor gloria y su mayor condena. Descubre las mejores curiosidades de Cádiz capital en este reportaje de viajes.

Curiosidades de Cádiz capital

Las guitarras y las palmas suben y bajan, como los vasos de fino y oloroso, sobre las mesas y el mostrador de madera. Los asistentes olvidan el silencio que se les pide cuando el Válgame Dios de la Niña Pastori se agita en otra voz morena de ojos grandes. Los de la estadounidense hierática se humedecen un poco y a su hermana se le adivina una melancolía como de amor roto. Las cazuelitas de callos y embutido traquetean entre las venidas que llegan a El Pasaje por la calle de Santa María y las idas que salen por la de Mesones. Un tabanco –y éste es el más antiguo- es eso: sentimiento, pasión, tapas y vinos, sobre todo vinos, de Jerez, que para eso se inventaron estos espacios de arte y compadreo, en esta tierra, Jerez de la Frontera, donde ahora se alternan los de siempre, despachos de vino a granel y cita de peñas, mencionados, incluso, por Cervantes, con otros más modernos, como Las Cuadras, donde Cheli borda los chicharrones, o Las Banderillas, a rebosar el viernes desde el mediodía.

Tabancos, la pasión de Cádiz en estado puro

Participantes de Cádiz Sí Quiero en el tabanco El Paso, el más antiguo de Jerez de la Frontera
En el tabanco El Paso, el más antiguo de Jerez de la Frontera, gracias a Marida Jerez.

Envuelta en su papel de agua, Cádiz espera, como el regalo que fue de y para Fernando Quiñones, a que alguien la abra y oree su risa flamenca y su cuerpo ondulado, de ola y callejón encalado, cada uno con su secreto, una cerveza de Maier o uno de los anillos artesanales de Antonio Collantes. Cádiz es una ciudad y una provincia, compuestas por tres islas y tierra firme que miran a los ojos y sueltan su requiebro que es, a la vez, su mayor gloria y su mayor condena.

Las guitarras y las palmas suben y bajan, como los vasos de fino y oloroso, sobre las mesas y el mostrador de madera. Los asistentes olvidan el silencio que se les pide cuando el Válgame Dios de la Niña Pastori se agita en otra voz morena de ojos grandes. Los de la estadounidense hierática se humedecen un poco y a su hermana se le adivina una melancolía como de amor roto. Las cazuelitas de callos y embutido traquetean entre las venidas que llegan a El Pasaje por la calle de Santa María y las idas que salen por la de Mesones. Un tabanco –y éste es el más antiguo- es eso: sentimiento, pasión, tapas y vinos, sobre todo vinos, de Jerez, que para eso se inventaron estos espacios de arte y compadreo, en esta tierra, Jerez de la Frontera, donde ahora se alternan los de siempre, despachos de vino a granel y cita de peñas, mencionados, incluso, por Miguel de Cervantes, con otros más modernos, como Las Cuadras, donde Cheli borda los chicharrones, o Las Banderillas, a rebosar el viernes desde el mediodía.

Constitución, gas y tertulia

Amanecer en el Paseo Marítimo de Cádiz

La tradición gaditana se desenrolla de manera más o menos evidente dependiendo de con quién se descubran la provincia y la ciudad, repartida hoy en dos islas, que antaño fueron tres, todas mágicas. De la intensidad callejera se puede pasar, casi sin previo aviso, a la pausa clara de las casas del centro histórico, conservadas muchas como las vivieron los bisabuelos de sus propietarios, que ya son también parte del patrimonio, con sus arañas de cristal y sus muebles de madera, asomadas las habitaciones al patio de luces, pequeño y discreto túnel del tiempo. En una de la calle San José estuvo la sede de la Cooperativa Gaditana de fábricas de gas y, por su proximidad al Oratorio de San Felipe Neri, cuna de la Constitución de 1812, cabe suponer que “aquí estuvo alojado algún diputado de ultramar”, explica Mercedes Laínez, empeñada en poner en valor el patrimonio gaditano y recuperar, entre otros asuntos, la tertulia, “que nace aquí”. Otra de las cosas curiosas de Cádiz relacionadas con la etapa constitucional es la invención de la Lotería de Navidad para recaudar dinero en tiempos de guerra.

Especulación de altura y tripas de agua

Ir a Cádiz en Carnaval es la mejor manera de conocer los lugares de interés de su casco histórico

Aquí también estuvo la primera universidad de Medicina de España. Ésta y otras cosas curiosas de Cádiz capital las desmenuza Javier Benítez en sus visitas guiadas por Cádiz, puño cerrado al final de un brazo de tierra, antigua isla de Erytheia que, junto a Kotinoussa –desaparecida como tal- y Antipolis –actual Isla de León- formaban el archipiélago de las Gadeiras, la tierra de Gadiro, de la estirpe de los Atlantes. Desde entonces, cananeos, romanos, caballeros medievales y buscavidas renacentistas se han turnado entre la piedra ostionera de los edificios más veteranos y las alturas de sus torres, utilizadas para controlar el flujo de mercancías y hacer oscilar sus precios, ralentizando o apresurando la llegada de los barcos. Mientras la Bella Escondida juega al despiste, la Torre Tavira, epicentro del poder judicial de España, se yergue orgullosa, pionera de la ciencia local gracias a su cámara oscura, la primera de España, que reta a la realidad virtual del siglo XXI con un juego de lentes inventado en el X.

Unos cuantos metros más abajo, el Atlántico cincela en Cádiz otro laberinto de sorpresas. Eugenio Belgrano rasca en la barriga de su ciudad para encontrar catacumbas, beaterios o pozos como el de la Jara, que la abasteció de agua hasta mediados del siglo XVII. Su documentación, como tanta otra, ha ido desapareciendo a golpe de piratas o ejércitos regulares; que Cádiz, tan parecida a Tiro que hizo que los fenicios se sintieran aquí como en casa, ha sido de siempre la niña de todos los ojos. De ahí los baluartes que salpican su, hoy, pacífico malecón, perfecto para un paseo vespertino o el running matutino contra un cielo colorado y salitroso. Sus cañones defensivos apuntalan ahora algunas esquinas pero sólo las mentes inquietas pueden diseccionarlos, o buscar el umami, la sabrosura nipona, entre los atunes de almadraba de Conil de la Frontera en un show cooking de alegres colores. O acercarse al turismo taurino de España de la mano de un recortador que quiere explicar las complejidades de una realidad todavía anclada en la autarquía de unas fincas que son también santuarios naturales y paisajísticos.

Un tráiler milenario y toda la curiosidad

En los alrededores de Cádiz puedes ver bodegas de vinos de Jerez
Las bodegas de vinos de Jerez organizan visitas guiadas y catas entre viñedos como ésta.

El ingenio gaditano ronronea como la lancha que enlaza las orillas de San Fernando –antigua Antipolis- y del islote de Sancti Petri, tráiler de esos 3.000 años de Historia, nunca más pese al correr del tiempo, y del llover sobre mojado de las civilizaciones. Aquí estuvo el santuario más importante del mundo clásico occidental, donde Baal se convirtió en Melkart, que se transformó en Hércules, que luego fue San Pedro, en función, explica Fran Toledo, de quién dominara tierras, aguas y cañadillas. Las leyendas hablan también de oro y juramentos; de Aníbal y de Julio César.

Didýme, Gades, Gadir, Cádiz, partío ya en tres trozos su corazón de tómbolo, parece una matrioska con tantas pasiones como palos, mezcla de sones de distintos continentes, y más vivencias que vinos de Jerez, que ya es decir. Al final, los fogones de Mauro Barreiro –donde probar algunas de las mejores recetas que comer en Cádiz–  tendrán razón y todo será cuestión de curiosidad. La suya para seguir sumando. La nuestra para seguir enamorados.

Con quién saber más cosas curiosas de Cádiz

Si quieres seguir descubriendo cosas curiosas de Cádiz capital, te recomiendo una serie de aplicaciones y agencias que hacen visitas especializadas y de gran calidad. Se trata de GuideoApp, aplicación gratuita y offline, que te permitirá acceder a muchas cosas que no sabías de Cádiz.

Si te apetece descubrir más cosas curiosas de Cádiz capital a través de visitas teatralizadas a algunos de sus principales lugares de interés, te recomiendo que conozcas la oferta de Animarte, empresa especializada en visitas temáticas a Cádiz capital, muchas de ellas ambientadas en los principales episodios históricos de la ciudad, aprovechando los escenarios originales. Además de conocer al dedillo todos los datos y curiosidades, la puesta en escena es estupenda. No te olvides de que las curiosidades del Carnaval de Cádiz también forman parte de la idiosincrasia de la ciudad y del patrimonio de toda España.

Con Loggia Gestión del Patrimonio Cultural y Novojet podrás hacer excursiones tan curiosas como la que lleva al islote de Sancti Petri, donde dicen que fue enterrado Hércules, el fundador legendario de Cádiz, y donde dicen que estuvieron de visita Julio César o Amílcar Barca. Sin sus explicaciones, esta visita imprescindible en los alrededores de Cádiz carece el significado que de verdad tienen su paisaje y su castillo, posterior al mundo clásico pero igualmente interesante. Y si estás interesado en qué ver en Cádiz y alrededores, nada mejor que consultar con destinocadiz.com, el primer portal, en tres idiomas, especializado en turismo en la provincia de Cádiz.

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