¿Por qué está el Santo Grial en San Isidoro de León?

El Santo Grial es el Cáliz de Doña Urraca de Léon, protagonista indiscutible de la historia de la Colegiata de San Isidoro de León.

El Santo Grial está en la la Colegiata de San Isidoro de León y es conocido también como el Cáliz de Doña Urraca.

Marga Torres, historiadora de la Universidad de Léon, sostiene en Los Reyes del Grial, que el Santo Grial es el Cáliz de Doña Urraca de León.

Marga Torres, historiadora de la Universidad de León especializada en la Edad Media, se sienta bajo el cuadro de Urraca I de León, en el Salón de Reyes de la capital del antiguo reino medieval, y desgrana los hechos históricos que le llevan a concluir, junto con su compañero José Miguel Ortega, que el Cáliz de doña Urraca, que se conserva en el Museo de la Real Colegiata de San Isidoro, es la copa que los cristianos de Jerusalén veneraban en el año 400 como el cáliz de Jesucristo. Es decir, el Santo Grial del que se han escrito tantas páginas.

La medievalista reconoce que no fueron buscando esta historia, sino que surgió de forma accidental mientras realizaban una investigación que les habían encargado. La tesis de Torres y Ortega, que documentan y defienden en el libro Los Reyes del Grial con multitud de fuentes, es que el cáliz que se guardaba en Jerusalén llegó hasta León a través de la taifa musulmana de Denia. Dos manuscritos del siglo XIV encontrados en la biblioteca de la Universidad Al-Azhar de El Cairo (Egipto) son la clave para entender este largo viaje. En uno de ellos se asegura que, entre 1016 y 1065, el emir de Denia pidió al califa de Egipto la copa sagrada de Jerusalén para regalársela a Fernando I, rey de León. En el segundo texto se indica que Saladino exigió un trozo de la copa sagrada de Jerusalén que viajó a España. Curiosamente, el Cáliz de Doña Urraca tiene una muesca en uno de sus bordes.

Marga Torres es muy clara al respecto: ella y Ortega no pueden asegurar que la copa de doña Urraca sea la que Jesús usó en la Última Cena relatada por los evangelistas. De momento, nadie puede. Entre el año 33 y el 400 de nuestra era existe un vacío documental y es muy difícil probar científicamente lo que sucedió con el cáliz en ese periodo. Es a partir del año 400 cuando existen los primeros testimonios que han servido para ambos investigadores hayan concluido que el cáliz que se guarda en San Isidoro de León es el de Jerusalén.

El estudio de Torres y Ortega, avalado por los documentos que descubrió el profesor Gustavo Turienzo en El Cairo, ha causado polémica. En España, el cáliz que se venera como el de la Última Cena está en Valencia. La profesora Torres explica que la investigación que ellos han llevado a cabo es rigurosa y se basa en fuentes documentales e históricas, mientras que la veneración del cáliz de Valencia procede de la tradición y no tiene un apoyo histórico y documental tan sólido. Con todo, el Vaticano ha otorgado a Valencia la posibilidad de organizar un Año Jubilar, durante el que incentivar las peregrinaciones a la ciudad del Turia para venerar ese cáliz, lo que supondrá un aumento en la afluencia de turistas y un mayor negocio para los negocios de la capital valenciana pero no significa que existan pruebas históricas que respalden la historicidad de esta pieza al mismo nivel que se ha realizado con el de León.

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