La ladrona de libros, de Markus Zusak, crítica y sinopsis

Sinopsis y crítica de La ladrona de libros de Markus Zusak

Markus Zusak rinde un homenaje al poder de las palabras con su novela “La ladrona de libros”, cuya versión cinematográfica, aunque sugerente, no hace justicia a la originalidad del libro. Bajo la apariencia de un título juvenil e inofensivo sobre una chica llamada Liesel Meminger, Zusak pone de relieve que el III Reich se construyó sólo con el poder de las palabras (deformadas).

Hay novelas que nunca deberían llevarse a la gran pantalla porque por muy buena que sea la adaptación, nunca podrá alcanzar el magnetismo, la luz que irradian las palabras con las que se han escrito, incluso cuando se trata de las traducidas, a veces lejos del juego emocional con el que fueron hiladas. “La ladrona de libros” de Markus Zusak es uno de esos casos en los que la fuerza verbal se diluirá, con toda seguridad, fotograma a fotograma. Porque un niño con el pelo color limón o un padre de ojos plateados sólo pueden habitar en ese terreno indeterminado, intangible, universal, del negro sobre el blanco.

La historia de Liesel Meminger, la ladrona de libros, (interpretada en el cine por Sophie Nélisse), es la historia de las palabras y la fuerza que tienen, tanto para lo bueno como para lo malo, tanto en el caso de las que se dicen sin pensar como en el de las que se comparten queriendo; las que se toman prestadas o las que se regalan para salvarnos de la desdicha y la sociedad. Detrás de la historia de una niña que vive el drama de la Segunda Guerra Mundial está el drama de las palabras, sobre las que se construyó ese horror. Detrás de la historia familiar y de amistad de quienes vivían en un barrio humilde de Munich está la historia de odio a la que se puede llegar deformando las palabras, un arma poderosa y pocas veces considerada como tal, ni siquiera ahora, cuando las redes sociales multiplican su poder benéfico o destructor, confirmado décadas más tarde en guerras como la de Sierra Leona, donde la radio -y sus palabras- jugaron de nuevo la peor de sus cartas al sembrar el odio entre las personas.

Además, hay que tener en cuenta que Markus Zusak no es un autor benévolo, ni con sus creaciones ni con sus lectores. Tan pronto te lo da todo como te lo quita de un tirón, sin importarle el escozor de la herida. Pero ésta merece la pena tenerla; incluso para abrirla de vez en cuando.

Por eso “La ladrona de libros” es más que una novela juvenil. Y por eso también cada vez que uno la lee encuentra una interpretación distinta, complementaria a la anterior, enriquecedora y sorprendente, mucho más completa que su adaptación al cine, que no es mala pero queda lejos de las metáforas, las comparaciones y los juegos de palabras que se encuentran en el libro.

Qué: La ladrona de libros, de Markus Zusak

Quién: Lumen

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