Quedan pocos lugares realmente mágicos-místicos en el mundo. Esos a los que de verdad cuesta llegar, que están en medio de la nada, irradiando la grandeza de un pasado en el que los desiertos eran las fronteras y los hombres, aventureros sin medida. Quizá Tombuctú, la ciudad de la niña cerca del pozo, sea uno de ellos. Quizá por eso, el libro de Manuel Pimentel siempre nos emocione de una manera especial… Sobre todo cuando su patrimonio cultural, absolutamente único en el mundo, está en peligro de desaparecer.
Hay territorios flexibles y porosos, cruces de caminos tan transitados que se van quedando con lo mejor de cada casa. El sur de Marruecos, con Marrakech como punto de referencia, es uno de ellos. Algunas paredes, onduladas y bailonas, nos han traído siempre a la memoria las de Tombuctú, la ciudad del oro, de la cultura, de los esclavos. La capital que se forjó entre la arena y la sal. Uno de los últimos sangrilás del mundo, quizá por ello tan tremendamente conmovedor. Primero fue el viaje, a través del desierto y de las aguas del Níger, en un todoterreno reseco, con un guía que acababa de ser padre, y luego el libro. Un descubrimiento el primero y una consagración el segundo. Porque entre Tombuctú y España, al final, resulta que no hay más que la carrerita de un can. En el siglo XIV y en el XXI.
La distancia la cubrió, por obligación, exiliado, condenado, desterrado de la Granada carnal, la de los sentidos, el poeta y renacentista prematuro Es Saheli; un hombre- esponja que se fue quedando con esto y aquello y que hoy sería un revolucionario de la imagen y el concepto, a la altura de quienes han bebido -Gaudí o Barceló- de su patrimonio. Seguir sus pasos, con las palabras de Manuel Pimentel, es una aventura intelectual y sensitiva, un repaso a la cultura africana más brillante, una fusión de letras y alturas inspiradas en la naturaleza más básicas y, al mismo tiempo, más emocionante, ahora, más que nunca, en peligro de desaparecer.
Qué: El Arquitecto de Tombuctú, de Manuel Pimentel
Quién: Umbriel.
Gracias por la crítica. Muy evocadora.