El Mar Menor es uno de los ecosistemas más especiales de Europa y del mundo. Tiene una superficie total de 180 kilómetros cuadrados y 7 metros de profundidad. Hace varios millones de años era una bahía abierta, pero hoy se considera que la laguna salada más grande de Europa. El Mar Menor de Murcia es un lugar de gran valor para el mundo entero.
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Historia del Mar Menor

Hace 10 millones de años, el Mar Menor (o Belich, como lo llamaron los romanos) era una bahía como otra cualquiera pero la tierra se fue moviendo, trasladando sedimentos y dando forma a unos cuantos volcanes submarinos en uno de esos cócteles geológicos que transforman el paisaje casi para siempre y, “de pronto”, surgió un pequeño mar aledaño al Mar Mediterráneo: el Mar Menor, la laguna salada más grande de Europa y la albufera más extensa de España. El Mar Menor y el Mar Mediterráneo se comunican a través de unos canales naturales llamados golas, por los que se va renovando el agua del Mar Menor. Aquellos volcanes son las islas e islotes que hoy salpican el paisaje del Mar Menor, incluido el brazo de tierra, formado por la acumulación de sedimentos, en el que hoy se ubica La Manga.
Dicen las crónicas que hubo un tiempo en el que los barcos atracaban en el interior del Mar Menor, buscando refugio de tormentas y piratas (si hubo un mar atestado de forajidos flotantes ése fue el Mediterráneo) pero hoy se puede andar hacia dentro, dentro, dentro, sin perder pie porque el Mar Menor tiene una profundidad de siete metros; lo más parecido a caminar sobre las aguas que podamos imaginar.
Tradiciones del Mar Menor

Como la historia del Mar Menor ha sido tan intensa, muchas tradiciones han ido dejando una huella indeleble en sus riberas.
De la afición romana (sobre todo) por las salazones han quedado algunas de las mejores fábricas de productos en salazón de todo el mundo. De ello todavía dan fe las salinas de San Pedro del Pinatar.
Las propiedades de los lodos del Mar Menor han generado una afición por la lodoterapia que se traduce en unas pasarelas de madera de acceso público desde las que se puede llegar al fondo para embadurnarse libremente el cuerpo con esos fangos.
La extensión del Mar Menor y su exposición a tantas horas de sol contribuyen a que tenga una salinidad más alta de lo habitual; no tanta como la del Mar Muerto pero bastante próxima, lo que hace que la lodoterapia sea una de las actividades más populares en municipios como San Pedro del Pinatar. Por eso, otra de las tradiciones del Mar Menor más importantes es la de las “encañizadas”, un sistema de pesca artesanal ideado por los árabes durante la Edad Media que consiste en crear un laberinto de cañas y redes en el que atrapar peces, sobre todo los migratorios. Hoy apenas quedan pescadores de encañizadas por los cambios socioeconómicos del entorno del Mar Menor y la degradación de la calidad de sus aguas.
Una excursión por las cinco islas del Mar Menor es muy agradable.
http://ramonaescarabajal.wordpress.com/