La Catedral de Chartres ha sido uno de los centros de peregrinación mariana más importantes de Europa. Aunque hoy las características de la Catedral de Chartres la convierten en una de las primeras catedrales góticas de Francia, el templo original era románico y fue destruido en un incendio en 1020. La rápida edificación de la nueva Catedral de Chartres fue posible gracias a la importancia de la veneración mariana en la región, un punto de peregrinación muy importante en Europa por custodiar el Velo de la Virgen María. La Catedral de Chartres gótica fue consagrada en el año 1260, con la presencia de San Luis de Francia. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979. Las vidrieras son una de las principales características de la Catedral de Chartres, especialmente por el uso del llamado “azul de Chartres”, un color único logrado a partir de la mezcla de cobalto y manganeso. Las vidrieras de la Catedral de Chartres están consideradas como la mejor muestra de este arte medieval de toda Francia. La restauración de la Catedral de Chartres ha suscitado una gran polémica porque, al devolver a sus muros, vidrieras e imágenes los colores supuestamente originales, han transformado sorprendentemente el edificio, blanqueando, incluso, el rostro de la famosa Virgen Negra de Chartres.
Índice de contenidos
Características de la Catedral de Chartres
Origen de la Catedral de Chartres
Las principales características de la Catedral de Chartres son su tamaño, su originalidad y la inversión que supuso, teniendo en cuenta que se ubica en una región eminentemente agrícola. La explicación a la arquitectura de la Catedral de Chartres se puede encontrar en que la veneración de los habitantes de la región a la Virgen María siempre ha sido muy importante. Esa devoción mariana motivó que el rey Carlos el Calvo trasladara allí, en el año 876, una valiosa reliquia oriental: el Velo de la Virgen María, recibido por su abuelo Carlomagno del Emperador de Constantinopla. La importancia de la figura de la Virgen María y la custodia de la reliquia contribuyeron a que la Catedral de Chartres se convirtiera en uno de los centros de peregrinación mariana más importantes de Europa. La primera Catedral de Chartres, de estilo románico, quedó prácticamente destruida en 1195 por un incendio. Sólo se conservaron parte de las torres y la fachada principal, integradas en la segunda Catedral de Chartres, ya de estilo gótico, que se levantó rápidamente, gracias al fervor religioso –que permitió recaudar los fondos suficientes- y el entusiasmo arquitectónico que recorría Francia en aquel momento.
Arquitectura de la Catedral de Chartres
Hay varias características de la Catedral de la Chartres que justifican su visita, incluso desde París. La arquitectura de la Catedral de Chartres la convierte en una de las primeras catedrales góticas de Francia, tras la abadía carolingia de Saint- Denis y las catedrales de Noyon (1150), Laon y París (1160). Además, los elementos decorativos de la Catedral de Chartres fueron muy innovadores. Algunos de los elementos más importantes del interior de la Catedral de Chartres fueron una pequeña gran revolución arquitectónica y decorativa. Por ejemplo, la de Chartres fue la primera catedral francesa que cambió la galería superior por estilizados arbotantes. Otra de las características de la arquitectura de la Catedral de Chartres es que sus constructores sustituyeron la tradicional sucesión de pilares y columnas del interior por racimos de columnillas que se elevan y se abren de manera casi orgánica, como los tallos de las flores, hacia arriba, invitando a mirar hacia su bóveda, de 36 metros de altura, la más elevada de su época, otra de las características de la Catedral de Chartres.

En el interior de la Catedral de Chartres se conserva la cripta románica, en la que un sacerdote se encerró durante el incendio de 1195 con la reliquia del Velo de la Virgen María, del que hoy se exponen algunos trozos en el Tesoro de la Catedral de Chartres, después de que fuera troceado y repartido en 1793 para evitar su destrucción durante la Revolución Francesa.
Vidrieras de la Catedral de Chartres

Por varios motivos, las vidrieras de la Catedral de Chartres son otro de los aspectos más importantes del edificio. La primera de las peculiaridades de las vidrieras de la Catedral de Chartres es que el 80% son todavía originales. El segundo es que sus artesanos fueron capaces de crear un tono de azul único en el mundo. Tanto es así que ese color se conoce como “azul de Chartres” y se distingue porque tiene una intensidad tan particular que quizá sólo se puede equiparar al azul de uno de los cuadros que decoran la sala capitular del Monasterio de Las Huelgas, el primero femenino del Císter en España. El azul de Chartres se consiguió gracias a una singular mezcla de cobalto y manganeso. Además, las vidrieras de Chartres utilizan trozos de cristal pequeños, lo que permitía una policromía mucho más rica.
La escuela de vidrieros de Chartres fue la más influyente de la Europa del siglo XIII, pionera en la adaptación de las figuras de los vitrales a la geometría de la armadura. Por eso se puede decir que el tercer aspecto que hace únicas a las vidrieras de Chartres es que la distribución de las figuras del Antiguo y del Nuevo Testamento se realiza en función de la incidencia de la luz en el edificio. La fachada Norte, que está más tiempo a la sombra, alberga las figuras del Antiguo Testamento. Por ese reparto de las escenas bíblicas en función de la incidencia solar se puede decir que las vidrieras de la Catedral de Chartres han inspirado las vidrieras de la Catedral de León, donde sucede algo parecido y pese a que hoy se considera que la primera catedral gótica de España fue la Catedral de Cuenca. Otra curiosidad de las vidrieras de la Catedral de Chartres es que su conjunto escultórico más antiguo es el de San Juan Bautista.
Qué ver en Chartres
Si tienes pensado visitar la Catedral de Chartres, merece la pena que aproveches la excursión para conocer otros sitios que ver en Chartres.
- El Centro de interpretación de la vidriera: cerca de la Catedral de Chartres, y dentro del granero del diezmo, se encuentra este museo dedicado a la vidriera y al trabajo artesanal –tradicional y contemporáneo- del vidrio decorativo.
- Casco histórico de Chartres: en Chartres tienes que ver las casas antiguas de su ciudad vieja dando un agradable paseo. La Casa del Salmon (XVI) está muy cerca de la Catedral de Chartres pero en la calle de los Escuderos hay muchas más.
- Palacio Episcopal y los Jardines del Obispo: el Palacio alberga hoy el Museo de Bellas Artes de la ciudad. Los jardines se ubican en las orillas del río Eure.
- Iglesia de Saint-André: un buen ejemplo de Románico en Chartres desde donde, además, podrás recorrer las orillas del río Eure, por el Barrio de curtidores.
- Casa Picassiette: Raymond Isidore y Adrienne Dousset decoraron su casa con cerámica y porcelana de tonos azules, evocando el azul de las vidrieras de la Catedral de Chartres que tanto admiraba Isidore. La casa fue visitada por Picasso y por el fotógrafo Robert Doisneau. A punto de ser derruida por su estado ruinoso, hoy está considerada Monumento Histórico.
- Cerro de Saint- Nicolas: desde aquí tendrás las mejores vistas de Chartres.
- Iglesia de Saint Orient: en los alrededores de Chartres tienes que ver la iglesia de Saint Orien, en la localidad de Merlain le Grenet, a media hora en coche de Chartres. En su interior se conservan unas pinturas únicas en el mundo sobre la Danza macabra o danza de la muerte, de finales del siglo XVI.
Cómo llegar a Chartres
Desde París, puedes llegar a Chartres en tren o conduciendo tu propio coche, lo que te permitirá hacer excursiones por los alrededores de Chartres o recorrer los cercanos Castillos del Loira. Desde Gare-Montparnasse salen más de una treintena de trenes diarios a Chartres. El trayecto tarda un poco más de una hora y los billetes tienen precios a partir de los 14 €. Si quieres llegar a Chartres en coche desde París (89 kilómetros, 75 de los cuales son por autopista) tienes que pagar un peaje de 6,20 €, además del alquiler del coche y la gasolina.