La visión más personal de la Generación del 27

Conversaciones con José “Pepín” Bello, de David Castillo y Marc Sardá (Anagrama) es una visión deliciosa del lado más humano de Dalí, Lorca, Alberti, Buñuel y el resto de artistas de la Generación del 27.

“Conversaciones con José “Pepín” Bello”, de David Castillo y Marc Sardá (Anagrama) es una visión deliciosa del lado más humano de Dalí, Lorca, Alberti, Buñuel y el resto de artistas de la Generación del 27. Las memorias de José “Pepín” Bello son un viaje a la mejor etapa de la cultura española desde el Siglo de Oro. Con una mirada casi centenaria, Pepín Bello charla con los autores sobre la Residencia de Estudiantes y quienes allí se formaron, sobre la vida en aquel Madrid, lo que supuso la Guerra Civil española, los años posteriores y algunos miembros de las generaciones anteriores, la del 98 y la del 14. “Antes de mí ya no queda nada. A pesar de todo nunca me ha gustado vivir de la nostalgia.”

José Bello ingresó en la Residencia de Estudiantes en 1915 y tuvo el privilegio de coincidir allí con quienes darían forma a la Generación del 27, además de con algunos de los exponentes de la del 98 (Unamuno, Valle Inclán) y de la de 14 (Juan Ramón Jiménez, D`Ors), a muchos de los que ya conocía por ser amigos de su padre, un ingeniero destinado en Aragón. De todos aquellos encuentros, de su vida en común, de la España de entonces, cuando Madrid acababa frente al Paseo del General Martínez Campos, hoy al lado del Paseo de la Castellana, y El Prado era un museo de libre acceso permanente, y de la evolución que muchos de ellos siguieron habla, de manera informal y amena, con David Castillo y Marc Sardá, autores de “Conversaciones con José “Pepín” Bello” (Anagrama), un libro muy recomendable para los amantes de la Historia y de la Literatura, para quienes buscan libros diferentes, que aporten visiones nuevas sobre lo ya conocido.

Bello habla constantemente en primera persona, a partir de sus experiencias y recuerdos, haciendo referencia a sus vivencias personales, recurriendo, a veces, a las cartas de amistad que cruzó con, sobre todo, Buñuel, Lorca, Alberti, Dalí… Evidentemente, una visión tan particular, transcurrido también tanto tiempo, está condicionada por el recuerdo, los años y las experiencias posteriores, pero no por ello pierde valor o vigencia. Su voz es la última de aquella generación, de aquellos tiempos y eso tiene un valor que supera con creces la subjetividad atribuible a sus palabras.

A través de las “píldoras” en las que se basa el libro, una manera distinta y amena sobre la que plantear esta especie de memorias personales y colectivas, basadas en la transcripción casi exacta de las charlas que los autores mantuvieron con Bello, se percibe la esencia de un hombre alegre y afable, capaz de llevarse bien con todo el mundo, inspirador, en ocasiones, de ideas que luego otros lanzaron a la fama, mencionándole, o no, como se merecía. Ya se sabe que unos cardan la lana y otros crían la fama.

Pepín Bello fue el último testigo de unos tiempos, de unas personas que, al menos en lo artístico, siguen siendo inigualables.

Bello ayuda a desmitificar a los genios, los humaniza y centra el foco de atención en las personas a partir de las que se forjaron los mitos. Casi siempre en positivo. En realidad, estas memorias, personales y colectivas, están cargadas de humor, de optimismo y de esperanza hasta casi el final, cuando la amargura y el desengaño se hacen presentes, con declaraciones sorprendentes en una persona con una vida tan intensa hasta, al menos, las últimas décadas, poco tratadas en las transcripciones. En realidad, hay algunos aspectos, como el de su valoración política contemporánea, tratándose de alguien tan longevo, que ha vivido hasta cinco sistemas políticos distintos, en los que se echa de menos un planteamiento más profundo o extenso. Quizá lo hablaron pero, por el motivo que fuera, no se ha plasmado en papel. Pepín Bello murió en 2008, un año después de la edición de este libro, con 103, cerrando la puerta a una etapa sin parangón, irrepetible, que nunca sabremos hasta dónde hubiera podido llegar de no haber sido por la guerra y los años posteriores de dictadura.

Qué: Conversaciones con José “Pepín” Bello, de David Castillo y Marc Sardá.

Quién. Anagrama (Biblioteca de la memoria).

Total
0
Shares
Artículo anterior
Calabazos y otros utensilios vitivinícolas tradicionales de Tierra de Barros en Extremadura

Qué ver y qué hacer en Tierra de Barros de Badajoz

Siguiente artículo
San Vicente de la Sonsierra es uno de los pueblos pintorescos que ver en la Rioja

Lagares rupestres en La Rioja, el vino pasado por la piedra

Artículos relacionados